Se determina que a partir de septiembre del corriente no se sancionará con pena de prisión a quién se salte los molinetes, pero si se sancionará con una multa.
Esto es debido a la búsquedas de penas alternativas con fines educativos, el saturado sistema judicial y penal, así como se busca que «se eliminarán las encarcelaciones innecesarias y se reducirán los riesgos de deportación, pérdida de vivienda y empleo que muchas veces ocurren tras un procesamiento criminal».
Fuente: La Nación.