432 shaares
Si el Estado no protege a quienes están en la calle para defensa de la ciudadanía, está renunciando a una de sus responsabilidades esenciales. La sociedad, esto es cada uno de nosotros, no podemos seguir asistiendo impertérritos, por no decir doblegados, a este subvertido estado de cosas. Debemos hacernos cargo de la situación, y promoviendo el clima necesario para exigir que las instituciones políticas pasen a neutralizar un cuadro de alarmante ineficiencia estatal, insostenible en el tiempo, que no puede cobrarse ya más víctimas.